El buhonero se dirigió a la taberna del pueblo. Este lugar le había tratado bien, había vendido suficiente para poder volver a casa antes de lo que esperaba. Al entrar en el edificio primero le asaltó el dulce olor de la cena y vio que todas las miradas se centraban en él. Casi todo el pueblo estaba allí dentro y deseaban noticias de lugares lejanos, historias de magia y aventuras. Pronto comenzaron las preguntas.
-Dicen que en Wangdak han ocurrido grandes desastres, por favor, cuéntanos.
Tomando un sorbo de cerveza, el buhonero sonrió y les dijo: Estuve compartiendo una cena con un hombre que estuvo allí, en el centro de todo lo que ocurrió. Un taumaturgo de gran poder que protegió la ciudad contra monstruos, dioses y demonios. Se llama Ojos de Lobo y os contare su historia tal y como el me la contó.